Sunday, August 27, 2006

A hard day s night

¿Se ven bien las deshoras estas a las que escribo?
Son las nueve. Ayudamos a un amigo a estrenar casa nueva. Yo le he insistido en que no por mucho madrugar dan por culo al peregrino. Como siempre que insisto, me he quedado con las ganas, en este caso de dormir un rato más.
Aiala esta enajenada, ¿quién la desen-berenjenará?
Una dos tres y cuatro, cuatro labores tiene mi gato, lavarse, peinarse, limpiarse los zapatos. Como sólo tengo cinco minutos antes de ponerme a hacer de sherpa Perurena, escogeré las más gratas.
Me resucito, si me hago un canutito.
Buen domingo.

Tuesday, August 22, 2006

Más cuento que Calleja



Mismo día que antes pero ya desde casa. Desde el ordenador que no me alimenta pero al que últimamente le estoy sacando mucho partido. Se acerca Antonia y me pregunta: ¿Limpiamos? Entonces pongo mueca de intelectual en proceso creador y le digo: Antonia, estoy escribiendo. Y Don Quijote se aleja fregona en mano a pelearse sola con los remolinos de pelusa.

Lola duerme en la caja de chorizos y salchichones que ha mandado mamá. Encantada, pues smells like pig spirit.

Los chorizos y salchichones penden del techo, cual farolillo navideño. Sus vidas penden de un hilo también. Tienen que curarse, ha dicho mamá, solemne.

Así que ya puedo ponerme a echar la de cal (la de arena ha sido en Cuéntame un Cuento) (lo digo por si alguien tiene la santa moral de leerme de corrido, que no es lo mismo que correrse leyéndome, en fin). El tema da mucho juego y tiene mucho jugo. A ver cómo me sale este zumo de conclusión.

Viene medio a cuento, así que decir que una se considera enamorada de estar viva y que creo que esto me capacita para enamorarme de mucha gente a la vez. Cabe mucha poligamia en este polígono irregular porque hace ya un tiempito que he desertado de la sonada ilusión de que una media naranja pueda colmarle o bastarle a nadie. Amigos, animales de compañía, Gael García Bernal, familia y desconocidos que me resultan familiares. De todos estos que tienen un alma en oferta que nunca vendieron estoy enamorada. Y porque estoy enamorada de toda esta gente no me vuelvo loca ni secciono una naranja en dos para que una mitad se ocupe de quererme y la otra de hacerme feliz y cuidar de que no me vuelva loca. Creo que esto es pedirle peras al olmo. Los traumas o no tan traumas que uno pueda tener (y todos los tenemos y tenemos además derecho a tenerlos) no hay desencapotador que los desencapote salvo uno mismo armado con un buen desatascador. Sin aflojar la gasa cuando pica. Aplicar directamente sobre la herida. Mantener lejos del alcance de los niños. Y sobre todo, sobre todo, que no salpique. Es una cuestión de sentido común, el menos común de todos los sentidos, por otra parte.
También es común automedicarse, y al que no le huelan las manos a betadine, que tire la primera piedra. No seré yo, desde luego.

¿Quién tiene suficiente cabeza para no rompérsela ordenando piezas ajenas? Y aun cuando X existiera. ¿Tendría Y el cuajo necesario para reconocerse tal y como es en los ojos de X?

Quien se mira en otros siempre se ansía mejor de lo que se sabe. Espejo espejito mágico, ¿quién es la más bella de todo el reino? Espejo se retuerce para dar la imagen esperada, aquella en la que el que se busca nunca se encontrará, pues no hay nadie tan tonto como para engañarse a si mismo. Llegado el momento espejito se rompe de tanto tirar de un lado y del otro.

¿Cuántos años de mal fario da un espejo roto?

Aunque amo con locura pienso que enloquecer de egoísmo es lo menos parecido a amar que puede haber.

Ya está. Ahora me voy a tender la ropa que me he quitado para centrifugarla en estas palabritas. Qué bien huele la casa a Mister Proper (fue al principio, ahora se llama don Limpio). Así da gusto Antonia.

Cuéntame un Cuento





Cumplo. Cumplo no cumpleaños y cumplo con mi palabra. En otros más farragosos temas también cumplo, pero eso ya es otra historia.

No sé quién es el autor del siguiente cuento, en todo caso, yo no. Conste en acta que no me atribuyo palabras ajenas, sólo las que me regalan.

Yo no creo que el amor sea ciego, creo que ciego es aquel que necesita mirarse en el espejo del amado continuamente. Creo también que es la forma más fácil de volverse loco.

Ya hablaré de esto mañana, que tiene mucho jugo. Hoy tengo tiempo pero no tengo prisa.

Lo prometido es deuda, y aquí va una de arena.


"Cuentan que una vez se reunieron todos los sentimientos de los hombres en un lugar de la tierra. Cuando el aburrimiento había bostezado por tercera vez, la locura como siempre tan loca, les propuso: Vamos a jugar a las escondidas... La intriga levantó la ceja intrigada y la curiosidad sin poderse contener preguntó: ¿A las escondidas? ¿Y cómo es eso? Es un juego explicó la locura en el que yo me tapo la cara y comienzo a contar de uno hasta un millón mientras ustedes se esconden, y cuando yo haya terminado de contar, el primero que encuentre ocupará mi lugar para continuar con el juego. El entusiasmo bailó, secundado por la euforia. La alegría dio tantos saltos que terminó por convencer a la duda, e incluso a la apatía, a la que nunca le interesaba nada. Pero no todos quisieron participar: la verdad prefirió no esconderse, ¿para qué? si al final la hallaban. La soberbia opinó que era un juego muy tonto (en el fondo lo que le molestaba era que la idea no hubiese sido de ella) y la cobardía prefirió no arriesgarse. uno, 2, 3, 4 ... (comenzó a contar la locura). La primera en esconderse fue la pereza, que como siempre se dejó caer tras la primera piedra del camino. La fe subió al cielo y la envidia se escondió tras la sombra del triunfo, que con su propio esfuerzo había logrado subir a la copa del árbol más alto. La generosidad casi no alcanzaba a esconderse, pues cada sitio que hallaba le parecía maravilloso para alguno de sus amigos: ¿Que si el lago cristalino? ideal para la belleza ¿Que sí la rendija de un árbol? perfecto para la timidez ¿Qué sí el vuelo de la mariposa? lo mejor para la voluptuosidad ¿Qué si una ráfaga de viento? magnífico para la libertad... Así terminó por esconderse en un rayito de sol. El egoísmo en cambio, encontró un sitio muy bueno desde el principio, cómodo, ventilado, pero solo para él.La mentira se escondió en el fondo de los océanos ( mentira, en realidad se escondió detrás del arco iris ) y la pasión y el deseo dentro de los volcanes.El olvido no recuerdo donde se escondió, pero eso no es lo importante. Cuando la locura contaba 999,999. El amor aún no había encontrado sitio para esconderse pues todo se encontraba ocupado, así que divisó un rosal y enternecido, decidió esconderse entre sus flores. un millón! contó la locura y comenzó a buscar. La primera en aparecer fue la pereza a solo tres pasos de una piedra. Después se escuchó a la fe discutiendo con Dios en el cielo sobre la filosofía. Sintió vibrar la pasión y el deseo en los volcanes. En un descuido encontró a la envidia. Y claro pudo deducir donde estaba el triunfo. Al egoísmo no tuvo ni que buscarlo, él solito salió disparado de su escondite que había resultado ser un nido de avispas. De tanto caminar sintió sed, y al acercarse al lago descubrió a la belleza. Con la duda resultó más fácil todavía, pues la encontró sentada sobre un cerca sin decidir aún de que lado esconderse. Así fue encontrando a todos. Al talento entre la hierba fresca, a la angustia en una oscura cueva, a la mentira detrás del arco iris ( mentira, estaba en el fondo del océano. Y hasta el olvido, a quien ya se le había olvidado que estaba jugando a las escondidas. Solo el amor no aparecía por ningún sitio. La locura buscó detrás de cada árbol, bajo cada arroyuelo del planeta y en la cima de las montañas. Cuando estaba apunto de darse por vencida, divisó un rosal, tomó una horquilla y comenzó a mover las ramas, cuando se escuchó un doloroso grito. Las espinas habían herido al amor en los ojos. La locura no sabía que hacer para disculparse. Lloró, rogó, imploró, pidió perdón y hasta prometió ser su lazarillo.Desde entonces... Desde que por primera vez se jugó a las escondidas en la tierra, el amor es ciego y la locura siempre lo acompaña."

Sunday, August 20, 2006

Para Antonia


Sé de buena tinta que esta semana no he dado la talla, pero aquí en Liliput un suceso me ha dejado con la boca abierta y los ojos nublados, sombreados, una gota más vacíos, desorbitados. Más solos en su órbita. Mirando cómo se aleja el calamar dejando tras de sí su escupitajo de tinta triste, como títulos de crédito. La función terminó y yo no doy crédito.

Pataleo, braceo, me niego, me opongo y cuando me voy a remendar mi remedio habitual un ladrón de guante blanco ha puesto en su lugar un vaso de agua, dando a entender que este trago no se puede mitigar, y punto. Con la esquinita de la manga me seco la inundación y con el recodo de esquina de mi codo, que limita al Norte con antebrazo, que colinda a su vez con cinco lobitos, levanto la ceja y Corazón con el corazón en un puño saluda a la afición erguido, digno, enhiesto.
No te rindas, corazón. Corazón siempre se raja por el mismo sitio.

Quien tiene un amigo tiene un tesoro. Pirata a tientas intenta el -¡Numeraos!. , tapándose el filo del abismo de tristeza que le asoma ya por la boca de labio traicionero que le tiembla mientras tienta a la mala suerte y encara un - ¿Estamos todos?.

-No, no estamos todos, pero somos todos los que estamos. , responde una bruta diamante mientras clava en mi pupila quemada su incendio azul. -¿Qué es poesía'. -Tesoro, eres tú. Y el resto, puritito teatro. Y lo digo sin acritud, pero lo digo.

Quien tiene un amigo tiene un tesoro, y a mi me gusta que les de el aire playero para que no enmohezcan en cofres de tiranas llaves. El peligro es el tigre que te desgarra la garganta cuando al extender el brazo por la noche pensando en encontrarte con otro brazo amigo te encuentras hablándole a una fiera corrupia.

Le doy a los brazos porque los pies los tengo encharcados de barro, y al final toda mi ira se disuelve en un abrazo partido. Adieu, adieu, hasta el próximo cuento, encuentro, cuéntame otra de indios.

Con el corazón erguido y las intrépidas puertas de este armario que sale a la calle abierto de par en par.

No te rindas, corazón.

Tuesday, August 15, 2006

Ora et labora

Llueve, ulula, pulula por ahí la gente encorsetada en murciélagos a los que les resbalan las gotas.

El cha ca cha del tren me lleva de la oreja a trabajar; remoloneo y leo el periódico de ayer, mañana será otro día. Me destiñe la pereza las manos de tedio, y entradas como estas habrá muchas, mal que me pese, y me pesa mucho. Camina o revienta, Mula Francis. Ganarse la vida y metérsela en un bolsillo churrimendao por cuyo agujero de Navidad se me va saliendo al más puro estilo almorrana, ganarse el tiempo para perderlo repantingada apoltronada en una silla ergonómica. ¿Alguien tiene Antipolil? ¿Anticaspa, en su defecto?. Gutierrez que le veo, me debí de quedar dormida en esa clase porque no me entero, yo sigo la corriente y me callo la imagen que se me viene a la cabeza, por la rima facilona, pero bien mirado, esto es dar palos de ciego. Atraquemos un banco mejor, reunión de pastores en esta otra apartada orilla en la que el agua al cuello no nos deja respirar mejor. Gila le presta atención, cliente, pero mejor vuelva usted mañana, y si no le da la gana, váyase usted a la mierda o a la incompetencia, que me han comentado que las tarifas y comisiones aún no las han subido.

Pierdo el tiempo aquí pero si me quedo sólo con eso me quedo sin nada.

Y como menos da una piedra me lleno los bolsillos de gemas preciosas que tienen nombre y apellido, para tener de retén por si me caigo entre dos cuentos, pulgarcita, que no se me lleve el viento. Agente F, hemos puesto hoy una pica en Flandes. Ojo por ojo y ya que me pongo, esos bombones de la curnia, ¡qué revenido tenían el diente!, ¿verdad? Este mensaje se autodestruirá en cinco segundos, los mismos que tenemos para bajar pitando al autobús, que llegará tarde una tarde más. Sé que me he toreado lo prometido y que esto me endeuda y deja a la altura del betún, pero mi vida no hay derecho a salir con el alma en los zapatos, y te quiero mucho, mi cuate, mi aguacate, despierta coño que te quedas siempre grogui en los encuentros, y te pierdes cuando nos desencontramos, que es también lo único interesante de la semana, que los toros se salten la barrera.

No me ha quedado espléndido pero me colma afilarme el colmillo desde éste el ordenador que me alimenta. Si no luego me muerdo la lengua y se envena Sargento Vinagre. A dios rogando y con el mazo dando me despido sin más dilación.

Sunday, August 13, 2006

Y mientras, ¿Qué hará Julieta?



Me miro y me veo abrazando el mundo y a mi gata con él entre sus patas que me rascan allá donde me pica y yo no alcanzo porque llevo días usando mis manos en darme latigazos por motivos surtidos, polvorones de roscos de vino que sobran siempre de un año para otro. Y me alivia mi gata liviana.

Me dan miedo muchas cosas, entre ellas, tener miedo, porque sé que quien tiene miedo no cruza la mar. Me da miedo ir pesando las piedrecitas que voy escribiendo, Pulgarcita que se vuelve de reojo, y me traiciona un ligero temblor en la muñeca vestida de azul de la mano derecha, claro que tampoco pasa nada porque nadie me esta mirando con mi polisón de nardos trastabillar estozolarme saltar la rayuela con pata de gallina turuleta que avanza pisando huevos. Salvo yo misma que sí me veo a través del espejo claro, y de la ira que me grita de verme temblequear cual merenguito tonto, -"¡Qué le corten la cabeza!" me van saliendo palabrejas pedregosas para crearme y creérmelo un rato antes de salir huyendo, luna luna luna, pero hacia adelante.

Eso por un lado, y por el de aquí me levanta la Comunidad la ceja inquisidora, porque esta idea les huele a chamusquina. ¿Hablarás de cine? ¿Hablarás de literatura? ¿Hablarás de ciudades, de mapas, de calles, de perros callejeros quizás? Pues mire usted, tampoco. ¡Acabáramos! Entonces hablará de nosotros. Piensa Repelente Niño Vicente mientras repliega velas a toda prisa, que risa. Pues no sé muy bien que voy a contar, contaré hasta diez, dijo la Locura, y el último en esconderse será el Amor, ésta sería una bonita forma de empezar, la dejaré para mañana tapada con albal; conociéndome as I don´t contaré cuentos llenos de recovecos y en el mejor de los casos habrá huecos como el de una muela a los que no llegue el eco de la que se esta armando ahí fuera. No será nada del otro mundo, será más bien de éste. En fin, que no cunda el pánico más que el arroz, no voy a desmenuzar salmones de carne y marfil para dar cebo sin espinas a los tiburones y de paso arrancarme la postilla del ser o no ser, escribir o no escribir, eso se lo dejo a otros, los tropezones de la paella también. Y los primeros serán los que cosechen éxitos pero los últimos en el reino de los cielos, y ahí me pienso sentar yo sobre ocho cojines para que se pierdan lo mejor de la peli igual que ahora yo me pierdo lo mejor de la paella. Soy una pirata honrada pero pirata al fin y al cabo, y no me es grato dejarlos sueltos. Y si no lo digo reviento.

Me estoy liando la cabeza de mantas y me hace tanta ilu querer contar tantas cosas mariposas, como aquella del metro de Paris que esquivaba la estulticia de los cagaprisas, otra que tengo que contar, se me acumula el trabajo, a ver, que me lo apunte. Yo creo que por hoy ya vale. Ni despejo dudas ni se aclaran los cielos por esta apartada orilla. Al final no he dicho nada de lo que quería decir, con lo bonitas que me habían quedado las frases para impresionar que había embotado y que se echarán a perder, en fin, en principio esto no lo va a leer nadie, y los que lo van a leer se van a buscar y se van a reír de medio lao, me encanta lao, cuando me encuentren, te pillé, zas, has caído entre mis garras mangurrián!

Feliz 30 cumpleaños, hermanita, me estás oyendo o crees que estoy hablando mal de tiiiii mi amooooorr? Ves que ya no escucho música triste los domingos, solo un poquito, la puntita nada más, y hoy celebro que tú estés viva y que vivas como quieras, esto último sobre todo, que quieras, que sigas queriendo, porque el que quiere no se ahoga, dale a los pies hermanita linda, cosa bonita, cosa guapa, bruja hermosa. Había una vez.

Thursday, August 10, 2006

Metrópolis



La importancia de Metrópolis trasciende todo intento de clasificación. Filmada en 1927 no es la primera película del expresionismo alemán porque Robert Weine se adelantó con su Gabinete del doctor Caligari. Tampoco es la primera película de ciencia ficción como tal, puesto que Méliès, el mago de Montreuil que murió pobre y hambriento mendigando en las calles de Montmartre, con su Viaje a la luna supo hacernos soñar con sus fotogramas delicadamente pintados a mano, sus trucajes inocentes de un arte que todavía estaba en pañales. El paso de manivela que hacía desaparecer a los personajes, los emborronados, el salto de fotograma. El cine de Méliès no había sabido independizarse del teatro. El espacio no se entendía en profundidad, los personajes se movían perpendiculares a la cámara, los actores jamás salían del encuadre impidiendo el raccord de imágenes, haciendo inconcebible las acciones paralelas, el montaje alternado que vendría más tarde con el cine americano de Porter y Griffith con su Asalto al tren del dinero y El nacimiento de una nación. Nos puede gustar más o menos la versión xenófoba de la guerra civil americana contada por el hijo de un coronel sudista, pero lo cierto es que es una película que forjó el lenguaje visual del cine moderno.

Los decorados inverosímiles con influencias art déco, el uso del claro oscuro llevado hasta sus últimas consecuencias para lograr ese ambiente futurista junto con la pericia del arquitecto aficionado Lang dan forma a una película de referencia. Los trucajes y novedades que aporta, como por ejemplo el uso de la videoconferencia serían explotados en otros clásicos del género décadas después, como 2001 Odisea en el espacio. En apenas veinte años se pasó de la ciencia ficción teatral y circense de Méliès a la constructivista y expresionista de Fritz Lang. Poco después en los años 30 irrumpía en escena el Cantor de jazz inagurando el cine sonoro, tres años después de que Rotwang aterrorizara a los espectadores con su robot. El cine había abandonado definitivamente su refinado código visual para apoyarse en otros nuevos. Basta con recordar el paso al cine sonoro del gran maestro Charles Chaplin para hacerse eco de la tragedia. Quizá Candilejas se salve de la quema, pero sólo en la medida en la que logra hacer del patetismo decadencia orgullosa, es el canto del cisne del cine mudo. La secuencia en la que Chaplin sale a escena con Buster Keaton caracterizados como músicos es antológica. El arlequín y el gracioso, la comicidad surge de la dignidad de un personaje que se sabe absurdo, anacrónico. Logra hacer reír al auditorio, pero le falla el corazón y muere entre bastidores. Tal fue la suerte del mudo cuando se impusieron los talkies.

El cine mudo de Lang aguanta el paso del tiempo a duras penas, la novela homónima de su mujer Thea Von Harbou a partir de la cual se construyó el guión trasluce un proyecto desdibujado y poco definido. Las interpretaciones de los actores de un dramatismo subido y su trama iniciada de modo magistral con imágenes hipnóticas que plasman la alienación de las masas en un mundo deshumanizado y ajeno da paso a un idealismo cándido y trasnochado. La estética del film influyó de manera decisiva a otros cineastas como por ejemplo a Ridley Scott con su Blade Runner y quizá resulte mucho más valioso que su contenido antiutópico que se materializa de un modo algo confuso y con una disposición expresionista cuyo éxito debemos fundamentalmente a Karl Freund que trabajaría más tarde con Murnau y dirigiría a su vez La momia con el inmortal Boris Karloff.

La implacable mirada a la lucha de clases, la alienación obrera y la opresión del poder encuadran esta obra en una crítica a la industrialización y una llamada al sabotaje, ya sea a golpes de zueco o por medios más sutiles. Crítica ludista pues, que no lúdica. La visión del mesianismo corporativo que pretende consensuar las reformas laborales y sociales nos retrotrae inmediatamente a la obra de H.G.Wells, aunque él calificase esta película de "la mayor tontería que he visto en mi vida". Tanto en el caso de El gabinete como en el de Metrópolis, por razones de coyuntura histórica, planea sobre ellas la sombra del nazismo. El gabinete del doctor Caligari vió alterada su trama al sugerir que todo se trataba de un sueño robándole su carga revolucionaria, y tanto Von Harbau como Rudolf-Klein Rogge abrazaron el nazismo con fervor.