Sunday, September 17, 2006

New York

Sorpresa de aguadilla de la que no te hace falta zafarte porque un segundo antes de arremeter contra la mano que te sujeta la cabeza y se ocupa de que no puedas repostar aire en la superficie, de repente te salen branquias. Submarino pirata, ver el iceberg desde abajo, reflejarse en el brillo de manadas de atunes, dar brazadas abrazando la ciudad sin cansarse.
FFFFFFFFiiiiiiuuum fffffffffffium te zumba el futuro en los oídos al pasar, te acaricia sin quedarse, te hace cosquillas, te da hambre. Los coches bajo el puente de Brooklyn , cosquillas en los pies, y ¿qué escribía yo apoyada en la barandilla? Recuerdo que se me rompió el cuadernito por la mitad, y pensé, borrón y cuenta nueva.
Y sólo recuerdo bien, con nitidez, que hubo un después.