Wednesday, May 23, 2007

Estitxe o cómo no rendirse el martes

Querida,

Recuerdo cuando te compraste esos taconazos de diez centímetros (por lo menos). Sobre todo porque solías despertarme por las mañanas para decirme, no si no quería nada, que acabo de llegar a la oficina y tengo que atravesar un pasillo muy largo (con ventanas) y así disimulo que me tiemblan las rodillas. Cuéntate algo. Conferencia internacional, de móvil a móvil. Punta-tacón, punta-tacón, te iba dictando yo con la lengua de trapo. Ya estoy en el ascensor, te dejo. Venga.

En cinco minutos salgo yo de casa. Hoy cojo la bici. Ya no me dan miedo los tranvías. Sobre todo los que son en blanco y negro. La cosa es que hay que tener cuidado de no quedarse enganchada con la rueda en el raíl. Cuando llegué aquí no paraban de decírmelo, gira más el manillar al pasarte de carril. Pero Fitipaldi no escucha cuando está en movimiento, lo sabes tú mejor que ninguna. Pronto sucedió que me la pegué. Fue un golpe muy bonito, la bici se quedó clavada y yo volé, literalmente. No hice ruido al estrellarme porque no quería que el de delante se enterara. Pero al dejar de oír los clings y clangs de mi velociraptor se mosqueó y se dio la vuelta,claro. Me pilló comprobando que no me había hecho agujeros en la falda.

- ¿Estás bien?, .-gritó
- ¿Se me han visto las bragas?, .-pregunté a los de la terraza de al lado
– No.
- Sí!

Uy es la hora de salir volando.
Prepárate porque te voy a despertar. Cuando vaya con la bici por el empedrado, como con los carricoches de nene por los adoquines mal encajados, abriré la boca y me saldrá un ah entrecortado.

Good morning Vietnam.

3 Comments:

Blogger cucurucho eléctrico said...

Celebro que no te pasara nada en la aparatosa caída de la bicicleta, y sobre todo que la falda juvenil no terminara infectada de hierro asfáltico. Dicen que perder la memoria es la mejor forma de recuperar la cordura. Yo no sé que pensar, sólo sé que cuando nos encontramos soy yo el que siente perder el control de mis huesos y sobre todo de mi cabeza.

No te creas que soy solo un ferviente admirador de tus rodillas. Al escuchar esta canción sobre gas mete gas, vuelvo en mi y de nuevo me encuentro rodeado de ideas efervescentes. Ay, que calor!.

8:49 AM  
Blogger Arcángel Mirón said...

Soy fanática de tus postales, caracola.

Jamás pude usar tacos de diez centímetros. De cinco, sólo por dos horas. Tengo alma y pié de empedrado.

1:27 PM  
Blogger Aiala Ruiz de Alegría said...

Elecrodoméstico asilvestrado: No es serio este cementerio. El plumero teodoro, el plumero!!!

caracola: gracias :) Aquí las calles aún no han conocido los baldosines. Por eso nada mejor como una buena bota plana, que te pueda llevar tan lejos o tan cerca, liiiiiiiiiike a rooooollinnnng stooooooone. un abrazo

12:32 AM  

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