La p con la a
¡Alegría! ¡ Alaia! ¡Atienda! ¡La p con la a, pa! ¡Es usted una insubordinada!
Predicados absurdos. Sermones.
Cuando las gomas de Milán aún te saben a nata y los cuadernos son de Rubio y las únicas tablas que uno tiene son las del 2, zas, te cortan el chorro de imaginación y te practican un sistema de desagüe al que mandar a pasear los sueños, mejor prevenir que lamentar.
Repite conmigo.
Endoculturación. Asegurar cuadros y adornos cosiéndoles plomo en los pies para que con su duda no cambien el orden de los factores cuando pase el tren como un terremoto por la ventana. Con un poco de azucar esa píldora que os dan.
Mejor armarios con patas que no armarios empotrados.
Mejor insubordinada que complemento circunstancial.
Predicados absurdos. Sermones.
Cuando las gomas de Milán aún te saben a nata y los cuadernos son de Rubio y las únicas tablas que uno tiene son las del 2, zas, te cortan el chorro de imaginación y te practican un sistema de desagüe al que mandar a pasear los sueños, mejor prevenir que lamentar.
Repite conmigo.
Endoculturación. Asegurar cuadros y adornos cosiéndoles plomo en los pies para que con su duda no cambien el orden de los factores cuando pase el tren como un terremoto por la ventana. Con un poco de azucar esa píldora que os dan.
Mejor armarios con patas que no armarios empotrados.
Mejor insubordinada que complemento circunstancial.