Tuesday, August 22, 2006

Más cuento que Calleja



Mismo día que antes pero ya desde casa. Desde el ordenador que no me alimenta pero al que últimamente le estoy sacando mucho partido. Se acerca Antonia y me pregunta: ¿Limpiamos? Entonces pongo mueca de intelectual en proceso creador y le digo: Antonia, estoy escribiendo. Y Don Quijote se aleja fregona en mano a pelearse sola con los remolinos de pelusa.

Lola duerme en la caja de chorizos y salchichones que ha mandado mamá. Encantada, pues smells like pig spirit.

Los chorizos y salchichones penden del techo, cual farolillo navideño. Sus vidas penden de un hilo también. Tienen que curarse, ha dicho mamá, solemne.

Así que ya puedo ponerme a echar la de cal (la de arena ha sido en Cuéntame un Cuento) (lo digo por si alguien tiene la santa moral de leerme de corrido, que no es lo mismo que correrse leyéndome, en fin). El tema da mucho juego y tiene mucho jugo. A ver cómo me sale este zumo de conclusión.

Viene medio a cuento, así que decir que una se considera enamorada de estar viva y que creo que esto me capacita para enamorarme de mucha gente a la vez. Cabe mucha poligamia en este polígono irregular porque hace ya un tiempito que he desertado de la sonada ilusión de que una media naranja pueda colmarle o bastarle a nadie. Amigos, animales de compañía, Gael García Bernal, familia y desconocidos que me resultan familiares. De todos estos que tienen un alma en oferta que nunca vendieron estoy enamorada. Y porque estoy enamorada de toda esta gente no me vuelvo loca ni secciono una naranja en dos para que una mitad se ocupe de quererme y la otra de hacerme feliz y cuidar de que no me vuelva loca. Creo que esto es pedirle peras al olmo. Los traumas o no tan traumas que uno pueda tener (y todos los tenemos y tenemos además derecho a tenerlos) no hay desencapotador que los desencapote salvo uno mismo armado con un buen desatascador. Sin aflojar la gasa cuando pica. Aplicar directamente sobre la herida. Mantener lejos del alcance de los niños. Y sobre todo, sobre todo, que no salpique. Es una cuestión de sentido común, el menos común de todos los sentidos, por otra parte.
También es común automedicarse, y al que no le huelan las manos a betadine, que tire la primera piedra. No seré yo, desde luego.

¿Quién tiene suficiente cabeza para no rompérsela ordenando piezas ajenas? Y aun cuando X existiera. ¿Tendría Y el cuajo necesario para reconocerse tal y como es en los ojos de X?

Quien se mira en otros siempre se ansía mejor de lo que se sabe. Espejo espejito mágico, ¿quién es la más bella de todo el reino? Espejo se retuerce para dar la imagen esperada, aquella en la que el que se busca nunca se encontrará, pues no hay nadie tan tonto como para engañarse a si mismo. Llegado el momento espejito se rompe de tanto tirar de un lado y del otro.

¿Cuántos años de mal fario da un espejo roto?

Aunque amo con locura pienso que enloquecer de egoísmo es lo menos parecido a amar que puede haber.

Ya está. Ahora me voy a tender la ropa que me he quitado para centrifugarla en estas palabritas. Qué bien huele la casa a Mister Proper (fue al principio, ahora se llama don Limpio). Así da gusto Antonia.

2 Comments:

Blogger José Tindón said...

Dime tú, ¿cuál es mi nombre? ¿Qué es el destino? Un perro que ladra. El inestable corazón del hombre sueña siempre con lo cotidiano y hermoso del ayer. Porque sólo el vacío nos recibe. Yo no tengo la culpa si la melancolía me vio nacer. Si la felicidad no tiene historia, humildad de vivir, pudor de morir.

Vuela en el silencio la ternura. Las primeras ilusiones que se pierden. ¿Quién dijo que la noche fuera triste? A la melancolía todo le da vértigo y le da por pensar que hoy no logrará ver el hechizo de la luz.

8:17 AM  
Blogger José Tindón said...

When you kneel before me
And in both your hands
Hold my manhood like a scepter,
When you wrap your tongue

About the amber jewel
And urge my blessing,
I understand those Roman girls
Who danced around a shaft of stone
And kissed it till the stone was warm.

Kneel, love, a thousand feet below me, So far I can barely see your mouth and hands
Perform the ceremony,
Kneel till I topple to your back
With a groan, like those gods on the roof
That Samson pulled down.

L. Cohen

8:51 AM  

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